Intento formar tripulaciones formadas por hombres y mujeres apasionados por el mar y la libertad, que solo la vida en un velero puede restaurar. Navegamos con total respeto a la naturaleza, y nos gusta disfrutar de la excelente comida local, mezclada con nuestras charlas y buen vino. Cuando subimos a bordo y zarpamos, damos la espalda al ajetreo de tierra firme, y nos tomamos todo el tiempo que necesitamos para descubrir nuevos lugares y personas, que pueden hacernos sentir bien. A bordo, nos gusta redescubrir y reapropiarnos de los valores y necesidades primarias que nos hacen verdaderamente felices, y esto nos hace sentir como individuos conscientes. Y si la "magia" sucede, el velero se convierte en una pequeña comunidad, donde puedes permitirte compartir pasiones, talentos y dejar al descubierto tus debilidades, y ahí es donde nos convertimos en tripulación... ¡Y todo esto le da sentido a todo!