EDOARDO

Su enfoque característico combina la aventura con la seguridad y un espacio acogedor, creando experiencias en las que la tripulación puede disfrutar al máximo en cada momento, con excelente comida y vino para nutrir tanto el cuerpo como el alma. 

Alpinista de nacimiento, su amor por la exploración comenzó cuando era niño, cuando se aventuró solo en los Alpes Occidentales. Impulsado por la curiosidad y el asombro, vagó por el bosque y subió a su primera cumbre. Aunque volvió a recibir una merecida reprimenda de sus padres, su espíritu de aventura se encendió.

Más tarde se trasladó a Génova y el azul lo llamó, tal como lo habían hecho las montañas. Tomó su primera lección de vela y desde entonces ha registrado miles de millas tanto en regatas como en viajes personales, obtuvo su certificación de patrón de la RYA y eligió Ámsterdam como su puerto base.

Ya sea disfrutando de la navegación serena en el Mediterráneo o luchando contra las difíciles condiciones del norte, la navegación exige una concentración y una presencia completas, un ritmo que lleve al momento presente, restaurando una profunda conexión tanto con el mundo natural, con el verdadero yo como con las personas de la tripulación. 

Para Edoardo, navegar también consiste en reconectar con lo que somos y con los demás, viviendo plenamente el momento. 

Con este espíritu, se ofrece como instructor en el Centro Vélico Caprera, la escuela de vela más grande del Mediterráneo y sigue explorando el Mar del Norte y el Mediterráneo con sus tripulaciones y su pequeño velero de aguas azules de 27 pies.

MIRTA

La navegación ha sido parte de la vida de Mirta desde que tiene memoria: sus padres, ambos marineros, la introdujeron a ella y a sus hermanos a la vida en el mar desde una edad temprana. Con tan solo cinco años, Mirta comenzó su viaje en el barco más pequeño y lindo que se pueda imaginar, el Optimist. Ese pequeño bote despertó un amor de por vida por las aguas abiertas.

Desde entonces, su pasión por la navegación la ha llevado a través del mar Mediterráneo en grandes embarcaciones con familiares y amigos. Paralelamente, Mirta ha perfeccionado sus habilidades en barcos rápidos y ágiles, que exigen precisión y concentración. Su orgullo y alegría es su Laser 1, cariñosamente llamado "Petit Bateau", un pequeño pero poderoso velero que enseña a respetar el viento y las olas mientras brinda una experiencia llena de adrenalina.

A sus 25 años, Mirta tuvo el honor de convertirse en instructora en el Centro Vélico Caprera, una de las escuelas de vela más prestigiosas del Mediterráneo. Ella cree que el éxito de la navegación se basa en dos principios básicos: la prudencia y el trabajo en equipo. Como suele recordar a sus alumnos, los mejores viajes ocurren cuando la tripulación se siente segura y conectada. Su objetivo es crear un entorno en el que todo el mundo pueda disfrutar de la belleza de la navegación, totalmente a gusto.

Cuando no está en el agua, la encontrarás mirando las estrellas. Inspirada por el amor de su pareja por la astronomía, Mirta ha desarrollado una fascinación por las constelaciones y los mitos que las rodean. Compartir esta magia con otros viajeros es una de sus partes favoritas de cualquier viaje: traer un poco de las estrellas a la tierra mientras están en el mar.